lunes, 26 de noviembre de 2012

Uno y uno son demasiado

Gabriel no es escritor, él lo sabe. Jose no es escritor, pero no lo sabe, cree serlo. José  estudia en la universidad pero también trabaja en ella. Gabriel estudia en la universidad, pero no trabaja en ella, consigue, ocasionalmente, un trabajo.  Ellos tienen más diferencias que coincidencias, pero son amigos, no los mejores, quizá los peores. 

Ambos creen escribir bien, sus profesores se los han dicho. Gabriel no escribe mucho porque, quizá, está perdiendo las ganas de hacerlo. Jose escribe siempre, es su trabajo, ama hacerlo. Jose destaca más que Gabriel, tal vez, por acierto de Jose, o por culpa de Gabriel .

Por esos días se presenta un concurso de poca importancia. Ambos creen que, unidos, podrán escribir algo, modestamente, bueno, pero es Jose quien toma la iniciativa. Gabriel acepta, cree que es una buena idea, cree que las posibilidades de ganar son altas.

Los días pasan y ninguno ha escrito nada. José piensa que es conveniente escribirlo solo, Gabriel no tiene problema. Jose necesita a Gabriel porque Jose no llena todos los requisitos del concurso. Las bases son claras: Estudiante que lleve el curso correspondiente a la categoría, trabajo presentado en clase, sin modificación. 

De esa forma, llegan a un acuerdo (más justo para Jose que para Gabriel) pero por alguna razón Gabriel acepta: El trabajo escrito por Jose, tiene como autor a Gabriel, el dinero será repartido en partes desiguales (en el caso de ganar) pero Gabriel tiene un trofeo de un valor puramente simbólico, además de un diploma. Ambos necesitan el dinero. 

El plan está listo: Gabriel lleva el curso de periodismo, presenta un trabajo al profesor como iniciativa propia, pregunta si puede participar  y lo envía. 

Jose entrega el texto a Gabriel antes de enviarlo a concurso. Gabriel aprueba el texto, le dice que lo ha leído, que está bien. Mentira. Nunca lo leyó hasta después del concurso. Ambos están confiados. "Tengo un buen presentimiento" - dice Jose - "no nos ganan". Ambos sienten que nadie merece el premio más que ellos, ambos  ya cuentan con el dinero que no ganaron.

Un día antes del evento ambos saben que perdieron. Quizá se olvidaron de un pequeño factor: Los demás concursantes. Gabriel siente la derrota como suya. Ambos están dolidos.

Una semana después, Gabriel siente que ha superado ese pequeño golpe que, aunque no fue directamente a él, le duele.

Gabriel termina su examen de periodismo. Antes de retiraste el profesor se acerca y lo felicita por "su crónica" que aunque no ganó estuvo muy buena. Siente una pequeña satisfacción, siente que quizá tiene pasta de escritor después de todo. Luego recuerda que el texto no fue escrito por él. 

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